SEGUNDO NIVEL
El Nivel 2 de Sat Nam Rasayan ofrece agilidad y eficacia al meditador. Interesa a las personas que quieran profundizar en el sistema. Está diseñado para los que quieran sanar de un modo más intenso o profesional. También ofrece herramientas para que la relación cotidiana con los demás sea más intuitiva y eficaz.
Formas
Todo en el mundo material (incluyendo la psique) tiene una forma. Algunas tienen alto poder simbólico y gran energía. Así, por ejemplo, se pueden usar dibujos simbólicos (yantras), permitir sonidos de poder (mantras), colocar sus manos (mudras) o el cuerpo en ciertos gestos o posturas (asanas), disponer determinado número de objetos (numerología), usar piedras, objetos sagrados, y un sinfín de posibilidades. El sanador abre su espacio, individualiza y se limita a permitir que la esa forma actúe, matizando tan sólo la intensidad de la relación.
Elementos y Chakras
Los Tantras y los Vedas establecen que la materia está compuesta por cinco elementos: tierra, agua, fuego, aire y éter. Cada elemento tiene unas cualidades físicas y psicológicas; también se asocian con determinados órganos y funciones. La ventaja de los elementos es que podemos sentirlos..
Tierra: densidad, solidez, forma, seguridad, supervivencia, huesos, tejido conjuntivo.
Agua: flexibilidad, adaptación, humedad, origen de la vida, creatividad, sexualidad, emotividad, aparato genito-urinario, sangre y todos los líquidos del organismo.
Fuego: vibración, inicio del movimiento, vitalidad, estómago, intestinos, páncreas, músculos, corazón, luz, inteligencia
Aire: movimiento, circulación, pensamiento, sistema nervioso, prana en los canales energéticos, respiración, inmunidad
Éter: es el espacio vacío donde asienta la materia; también es cualquiera de los otros cuatro elementos en su estado más sutil. Es el silencio, la relación, lo comunicado, el sonido, el arte, el sueño, la muerte, lo ilimitado y vacío.
La cosmogonía de Chakras establece que el organismo es un conglomerado de órganos y energía. Existen siete centros pránicos o chakras; cada uno se relaciona con aspectos concretos del ser humano y también con uno de los elementos. El primer chakra (recto, coxis) se relaciona con la tierra, el segundo (sacro, genitales) con el agua, el tercero (columna lumbar, ombligo, plexo solar) con el fuego, el cuarto (columna torácica, pulmones, corazón, timo) con el aire, el quinto (garganta, cuello, oídos) con el éter, el sexto (hipófisis, base del cráneo) con la luz y la intuición, y el séptimo (coronilla, epífisis) con la sabiduría y la integración. Al igual que con los elementos, el campo sensible resulta ideal para relacionarse con los chakras.
El espacio del conocimiento
En SNR, el conocimiento sólo es posible cuando estamos más allá del ego y éste deja de ser el actor central de la mente. Al desaparecer el pequeño yo, “algo o alguien diferente” escucha. Lo escuchado no está condicionado por emociones o preconceptos. El yoga clásico lo considera “un saber de orden superior” que surge espontáneamente del silencio. Esta práctica se reserva para el N2 porque en el N1 crea una expectativa que actúa como resistencia.
Lo que NO se considera “espacio de conocimiento” es toda aquella información estructurada, discriminativa y preconcebida. Puede ser útil o inútil, pero en lo referente al silencio, se comporta como resistencia.
Espacios de ensueño y de trance
Con frecuencia nos vienen, de modo espontáneo, imágenes de todo tipo, historias, fragmentos entre el ensueño y la fantasía, con más o menos sentido. En SNR, el ensueño se usa como espacio de conocimiento, con muchas salvedades. Su contenido es simbólico, las imágenes no se interpretan literalmente, y evitamos identificarnos con ellas. El meditador siente lo que siente mientras ensueña y percibe también el silencio que sucede a la par. No modifica activamente el contenido del ensueño y éste se vuelve un instrumento de sanación.
Los estados de trance se definen son “realidades paralelas”, y no solo visuales sino globales. En SNR podría darse uno especial, que consiste en una experiencia desestructurada, fragmentada, imposible de sistematizar. Ocurre cuando el meditador pierde toda referencia. No es un estado peligroso o desagradable. De hecho, es un estado con gran potencial de sanación y es muy relajante. Con la práctica, el sanador sentirá el silencio en el seno del trance.
Campo electromagnético
Un modelo de realidad, llamado por Yogi Bhajan “campo electromagnético” (CEM), establece que el universo es un único campo continuo de percepción, información e inteligencia. Cada uno de nosotros seríamos una manifestación particular del mismo campo.Todo acontecimiento y toda forma es un movimiento del campo. Los sonidos, las palabras, las actitudes, la vestimenta, nuestros actos; cualquier cosa tiene trascendencia. Las series de yoga y los mudras son “frases” que afectan el campo y consiguen un efecto específico.
En N2 aprendemos a reconocer el CEM como una sensación. La resistencia se percibe como una discontinuidad o una contracción del flujo.
Resonancias
Las resonancias consisten en reconocer el impacto de la sanación. Es el aspecto más sofisticado de SNR, y que reúne todo lo aprendido.
En sanación hay cuestiones importantes: por ejemplo, cuándo parar, bien sea porque la relación se completó, o porque la experiencia previamente estable se desestabiliza. Otras veces hay que sanar de modo superficial o profundo. En ocasiones percibimos como también se ajusta un órgano diferente al individualizado… o se desajusta. La relación podría tener un impacto en las relaciones familiares o laborales… Todas estas cuestiones se abordan en las resonancias.
Una maniobra de resonancias se llama individualización múltiple (IM) o la capacidad de relacionar varios eventos a la vez. Mediante IM podemos, por ejemplo, relajar un órgano disfuncional dando espacio a otro órgano que aparezca en sintonía con el primero; o investigar puntos fuertes que resuelvan la relación. También conectar chakras entre sí o seguir un meridiano reconociendo sus extremos. Se usa mucho para disolver resistencias tenaces.
SEGUNDO NIVEL
El Nivel 2 de Sat Nam Rasayan ofrece agilidad y eficacia al meditador. Interesa a las personas que quieran profundizar en el sistema. Está diseñado para los que quieran sanar de un modo más intenso o profesional. También ofrece herramientas para que la relación cotidiana con los demás sea más intuitiva y eficaz.
Formas
Todo en el mundo material (incluyendo la psique) tiene una forma. Algunas tienen alto poder simbólico y gran energía. Así, por ejemplo, se pueden usar dibujos simbólicos (yantras), permitir sonidos de poder (mantras), colocar sus manos (mudras) o el cuerpo en ciertos gestos o posturas (asanas), disponer determinado número de objetos (numerología), usar piedras, objetos sagrados, y un sinfín de posibilidades. El sanador abre su espacio, individualiza y se limita a permitir que la esa forma actúe, matizando tan sólo la intensidad de la relación.
Elementos y Chakras
Los Tantras y los Vedas establecen que la materia está compuesta por cinco elementos: tierra, agua, fuego, aire y éter. Cada elemento tiene unas cualidades físicas y psicológicas; también se asocian con determinados órganos y funciones. La ventaja de los elementos es que podemos sentirlos..
Tierra: densidad, solidez, forma, seguridad, supervivencia, huesos, tejido conjuntivo.
Agua: flexibilidad, adaptación, humedad, origen de la vida, creatividad, sexualidad, emotividad, aparato genito-urinario, sangre y todos los líquidos del organismo.
Fuego: vibración, inicio del movimiento, vitalidad, estómago, intestinos, páncreas, músculos, corazón, luz, inteligencia
Aire: movimiento, circulación, pensamiento, sistema nervioso, prana en los canales energéticos, respiración, inmunidad
Éter: es el espacio vacío donde asienta la materia; también es cualquiera de los otros cuatro elementos en su estado más sutil. Es el silencio, la relación, lo comunicado, el sonido, el arte, el sueño, la muerte, lo ilimitado y vacío.
La cosmogonía de Chakras establece que el organismo es un conglomerado de órganos y energía. Existen siete centros pránicos o chakras; cada uno se relaciona con aspectos concretos del ser humano y también con uno de los elementos. El primer chakra (recto, coxis) se relaciona con la tierra, el segundo (sacro, genitales) con el agua, el tercero (columna lumbar, ombligo, plexo solar) con el fuego, el cuarto (columna torácica, pulmones, corazón, timo) con el aire, el quinto (garganta, cuello, oídos) con el éter, el sexto (hipófisis, base del cráneo) con la luz y la intuición, y el séptimo (coronilla, epífisis) con la sabiduría y la integración. Al igual que con los elementos, el campo sensible resulta ideal para relacionarse con los chakras.
El espacio del conocimiento
En SNR, el conocimiento sólo es posible cuando estamos más allá del ego y éste deja de ser el actor central de la mente. Al desaparecer el pequeño yo, “algo o alguien diferente” escucha. Lo escuchado no está condicionado por emociones o preconceptos. El yoga clásico lo considera “un saber de orden superior” que surge espontáneamente del silencio. Esta práctica se reserva para el N2 porque en el N1 crea una expectativa que actúa como resistencia.
Lo que NO se considera “espacio de conocimiento” es toda aquella información estructurada, discriminativa y preconcebida. Puede ser útil o inútil, pero en lo referente al silencio, se comporta como resistencia.
Espacios de ensueño y de trance
Con frecuencia nos vienen, de modo espontáneo, imágenes de todo tipo, historias, fragmentos entre el ensueño y la fantasía, con más o menos sentido. En SNR, el ensueño se usa como espacio de conocimiento, con muchas salvedades. Su contenido es simbólico, las imágenes no se interpretan literalmente, y evitamos identificarnos con ellas. El meditador siente lo que siente mientras ensueña y percibe también el silencio que sucede a la par. No modifica activamente el contenido del ensueño y éste se vuelve un instrumento de sanación.
Los estados de trance se definen son “realidades paralelas”, y no solo visuales sino globales. En SNR podría darse uno especial, que consiste en una experiencia desestructurada, fragmentada, imposible de sistematizar. Ocurre cuando el meditador pierde toda referencia. No es un estado peligroso o desagradable. De hecho, es un estado con gran potencial de sanación y es muy relajante. Con la práctica, el sanador sentirá el silencio en el seno del trance.
Campo electromagnético
Un modelo de realidad, llamado por Yogi Bhajan “campo electromagnético” (CEM), establece que el universo es un único campo continuo de percepción, información e inteligencia. Cada uno de nosotros seríamos una manifestación particular del mismo campo.Todo acontecimiento y toda forma es un movimiento del campo. Los sonidos, las palabras, las actitudes, la vestimenta, nuestros actos; cualquier cosa tiene trascendencia. Las series de yoga y los mudras son “frases” que afectan el campo y consiguen un efecto específico.
En N2 aprendemos a reconocer el CEM como una sensación. La resistencia se percibe como una discontinuidad o una contracción del flujo.
Resonancias
Las resonancias consisten en reconocer el impacto de la sanación. Es el aspecto más sofisticado de SNR, y que reúne todo lo aprendido.
En sanación hay cuestiones importantes: por ejemplo, cuándo parar, bien sea porque la relación se completó, o porque la experiencia previamente estable se desestabiliza. Otras veces hay que sanar de modo superficial o profundo. En ocasiones percibimos como también se ajusta un órgano diferente al individualizado… o se desajusta. La relación podría tener un impacto en las relaciones familiares o laborales… Todas estas cuestiones se abordan en las resonancias.
Una maniobra de resonancias se llama individualización múltiple (IM) o la capacidad de relacionar varios eventos a la vez. Mediante IM podemos, por ejemplo, relajar un órgano disfuncional dando espacio a otro órgano que aparezca en sintonía con el primero; o investigar puntos fuertes que resuelvan la relación. También conectar chakras entre sí o seguir un meridiano reconociendo sus extremos. Se usa mucho para disolver resistencias tenaces.